Según todas las referencias de investigación, el Pontefreixo habría sido construido entre los siglos II y III de esta era, a partir de cuándo, lógicamente, experimentó varias modificaciones que no han hecho variar sustancialmente, sin embargo, sus basamentos y sus arcos, por lo que todavía hoy continúa considerándose, junto con el de Ourense sobre el Miño y el de Larouco sobre el río Bibei, uno de los tres puentes romanos más importantes de Galicia.

Con una generosa longitud de cerca de 60 metros, dispone de cuatro arcos de medio punto, con luces en cada caso que llegan a alcanzar los 8 metros y una plataforma superior horizontal de cerca de 5 metros.

En cuanto a su razón de ser y estar en ese determinado lugar sobre el río Arnoia, las explicaciones que ofrecen los investigadores son que podría formar parte de la vía de derivación que desde el campamento de Aquis Querquennis unía Braga con Lugo, o de otra vía alternativa que comunicaba con Iria Flavia.