Leyenda de la aparición de la santa a una niña en lo alto del monte de Santa Eufemia. Cuenta la leyenda que estando una pastorcilla en el monte cuidando las ovejas encontró una tumba de la que salía una mano con un anillo. Al ver el anillo la jovencita lo retiró del dedo que asomaba y tan pronto lo quitó de aquel dedo perdió el habla, volviendo, asustada, para su casa. Cuando se encontró con su padre y, por señas, le contó lo que le había pasado, volvieron la lugar en donde había estado la joven y el padre volvió a colocar el aniño en su lugar origina, recobrando inmediatamente la niña el habla. Posteriormente el traslado de este cuerpo hacia la diócesis de Braga o hacia Ourense dio lugar a un conflicto que se saldó con la colocación del cuerpo sobre un carro tirado por bueyes, acordando que el cuerpo sería custodiado en el lugar hacia el que tomaran sentido los bueyes, que comenzaron a andar y no se detuvieron hasta llegar a Seixalvo, en las inmediaciones de Ourense, por lo que los restos de Santa Eufemia están custodiados en esta ciudad.