Aunque no queda ningún vestigio físico de esta construcción, sí merece la pena ayudarse de los documentos medievales y conocer por estos parajes la sucesión de pleitos que enfrentaban a los señores feudales con la iglesia. Por uno de ellos el conde de Benavente tuvo que abonar los frutos de 74 años al monasterio de Celanova.
Atributos
Coordenadas
N 42° 08.764 W 008° 04.904
UTM: 29T E 575874 N 4666401
MAPAS
DESCRIPCIÓN
Cinco son las antiguas fortalezas relacionadas con los tiempos iniciáticos de la fundación monacal en el entorno más inmediato de la actual comarca de Celanova y que por tanto nos recuerdan a la figura de San Rosendo.
PISTAS
Cinco son las antiguas fortalezas relacionadas con los tiempos iniciáticos de la fundación monacal en el entorno más inmediato de la actual comarca de Celanova y que por tanto nos recuerdan a la figura de San Rosendo. De tres de ellas no queda nada más que su memoria en los viejos legajos documentales. Una es la de Celme, situada ya en las estribaciones de la vecina comarca de A Limia, en la parroquia de Congostros (Rairiz de Veiga), la otra es la de Berredo y la tercera, la que aquí nos ocupa, es situada en aquel momento en los terrenos de la actual parroquia de Redemuíños (Quintela de Leirado). De especial interés resulta esta porque es una buena disculpa para visitar la iglesia parroquial de San Pedro de Leirado, con su esbelto campanario que nos trae a la memoria la torre del propio monasterio de San Rosendo y su vistoso retablo mayor, con la figura de San Pedro crucificado cabeza abajo y la puerta del sagrario con una singular representación de la última cena sobre mesa circular.
Pese a la no existencia actual de vestigios físicos que nos hagan rememorar la historia, bueno será entonces que la documentación nos invite a acercarnos por ese hermoso paraje de los valles del río Deva. A nada que uno se inmiscuya en esta documentación será testigo directo de los continuos pleitos que a lo largo de los siglos mantuvieron señores feudales y la iglesia por muchas de sus propiedades. Este es un magnífico ejemplo puesto que después de haberle sido donado al Monasterio por el Rey Alfonso, que dona el castillo y el monte Leboreiro, junto con los 14 lugares de su pertenencia, luego la hija de este Rey, Urraca, se lo retiró, volviéndolo a restituir su hijo el emperador, Alonso, pasando posteirormente a los condes de Benavente y de nuevo al monasterio… , de nuevo a la comunidad a la que los sucesores del condado de Benavente tuvieron que restituir además “los frutos de 74 años” (CI 213)